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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Desnuda serena

Te veo desnuda, serena, hermosa, moviendo tu cuerpo de mujer felina manos, melena, cadera, senos, gallarda, sin prisa, despacio, divina, preciosa. Tus ojos sonríen, tus labios me miran, tu pubis poblado absorbe mi seso imagino mis manos acariciando tu sexo tu piel perfumada de mil maravillas. Tus besos recorren mi boca glotona, mis labios explotan regiones lascivas y siento tu cuerpo liviano abriéndote toda. Mis manos basculan tu peso de mujer,  ligero, grácil, vaporoso que en seguida se rompe, se expande, se compone de placer.

Aorillas de tu cama

A orillas de tu cama, a orillas de tu instinto, al borde de lo inimaginable... contemplas la luna tras los cristales, tu mente dirige un disparo al vacío... un estruendo en mi piel y aparezco ahí... a orillas del deseo. Cubierto el fruto de mi apetito con los ropajes de cama; escondido el morbo en tu sonrisa, dibujando neblina rosa tus ojos... reflejada así en mis ojos te contemplo; un estruendo en mi piel y mis manos respirando en tu cama. Caen mis labios al abismo llegan a su primer destino dorado se pasean por tu amplia frente resbalan por tu faz de encanto conquistan tus mejillas inquietas; un estruendo en mi piel y el dueño de tus labios soy. La noche a media luna un suspiro indiscreto muere tras otro mis besos cerraron tus ojos y canta la agonía de tu desnudo cuerpo... mis ojos deleitan mi fantasía; un estruendo en mi piel y mi cuerpo susurrándote desenfreno. Particular el calor que invade mis labios divino calor de tus senos ardientes p

Te desnudo como fruta de verano

Te desnudo como fruta de verano. Desgajo tu piel lentamente de tu blusa y extirpo tu sostén como semillas. Tu azúcar he encontrado. Brota jugo de tus labios con irremediable ácida dulzura y mis dedos se adhieren como cáncer a tu piel. No merezco esta bendita perdición ni la agonía, pero estoy aquí, trazando mi paso en tus aromas. La entrañable sensación de tu mirada engrosa sin dificultad mi aliento. Todo el tiempo alrededor es un coctel de aroma y de sabores que descubren las texturas de tu cuerpo y la prolongación de tus caderas. Fusionados, somos un guayabo enraizado entre las sabanas. Somos una maraña de carne y de convulsiones. Mi reflejo se suspende en las lunas de tus ojos. Dos liquidas cerezas que emigran a la irrealidad y el surrealismo. Tus senos son dos panes pálidos desnudos, creados como un portal del mundo al paraíso. Te desnudo como a fruta de verano. Aspiro tu veneno y me derrito en el sabor intenso de tus labios. Desean morder mis dient

Eres el misterio azul de mi cielo

Eres el misterio azul de mi cielo y el rojo encendido de mi infierno. Tu mirada me regala el infinito anhelo de tus entrañas y tus pliegues eróticos se graban en la oscuridad de mi mente. Recorro sigiloso tus valles y montañas, tus empinados volcanes y la vasta llanura, que me conduce hasta el monte más profundo; aquel santuario de placer y de pecado. Poco te conozco, pero te estoy sintiendo, sigo en la conquista de aquel mundo escondido. Suspiro por tener tu aliento y tus caricias, deseo empinar mi bandera en tu territorio. Ya sé que puedes exhalar un suspiro o un quejido, en el momento cuando baje a tus vertientes cálidas, cuando me incline ante ese tesoro escondido y me aferre hasta que entregues la vida.